Como indica el propio nombre del blog, lo que quiero transmitir en este, es como la arquitectura ha evolucionado desde hace 4 o 5 siglos atrás hasta ahora y en que momento ha estado y está estancada ,por esa razón doy el nombre de "RECONSTRUYENDO LA ARQUITECTURA" a este blog donde publicaré numerosas entradas relacionadas con el título del blog, además de esta .
Mi trabajo sobre Historia, Teoría y composición tiene como base dos textos donde se puede ver claramente como la arquitectura se ha desarrollado a lo largo de tiempo. Este trabajo se compone de tres capítulos donde en los dos primeros comento ambos textos y el último de desarrollo , que es verdaderamente el trabajo , que trata sobre la evolución de la arquitectura. Los textos sobre los que he formado mi trabajo son los siguientes:
1º Ensayo sobre la Arquitectura . Laugier.
2º Manifiesto de la Arquitectura Futurista.
En las siguientes entradas os hablaré y comentaré ambos textos y la finalidad que quieren expresar los mismos. A continuación os dejo los textos completos ,para que vosotros podais también disfrutar de ellos. Un saludo!
1-PRINCIPIOS GENERALES DE LA
ARQUITECTURA. LAUGIER
En arquitectura sucede como en el
resto de las artes: sus principios se fundan en la simple naturaleza, y en el
proceder de ésta se encuentran claramente marcadas las reglas de aquélla.
Consideremos al hombre en su primitivo origen, sin más auxilio, sin más guía,
que el instinto natural de sus necesidades. Necesita un lugar donde reposar. Al
borde de un tranquilo riachuelo ve un prado; su naciente verdor agrada a sus
ojos, su tierna pelusa le invita; va hacia él y, cómodamente tendido sobre este
coloreado tapiz, ya sólo sueña en disfrutar en paz de los dones de la naturaleza;
nada le falta, no desea nada. Pero pronto el ardor del sol, que le quema, le
obliga a buscar cobijo. Ve un bosque que le ofrece el frescor de sus sombras,
corre a esconderse en su espesura, y vedlo aquí contento. Sin embargo, mil
vapores elevados al azar se encuentran y se reúnen, el aire se cubre de espesos
nubarrones, una espantosa lluvia se precipita como un torrente sobre este
delicioso bosque. El hombre, mal protegido al abrigo de sus hojas, no sabe ya
cómo defenderse de la incómoda hu medad que lo penetra por todas partes.
Descubre una caverna, se desliza en ella y se encuentra en lugar seco, se
aplaude por su hallazgo. Pero nuevos sinsabores le hacen sentirse a disgusto
también en esta estancia. Aquí está en las tinieblas, respira un aire malsano.
Sale, pues, dispuesto a suplir con su industria las desatenciones y las
negligencias de la naturaleza. El hombre quiere construirse un alojamiento que
lo proteja sin enterrarlo. Unas ramas caídas en el bosque son los materiales
apropiados para su propósito. Escoge cuatro de las más fuertes, las levanta
perpendicularmente y las dispone formando un cuadrado. Encima pone otras
cuatro atravesadas y sobre éstas levanta, partiendo de dos lados, un grupo de
ramas que, inclinadas contra sí mismas, se encuentran en el punto alto. Cubre
esta especie de tejado con hojas, lo bastante juntas para que ni el sol ni la
lluvia puedan traspasarlo, y ya está el hombre alojado. Ciertamente, el frío y
el calor le harán sentirse incómodo en su casa abierta por todas partes; pero
entonces rellenará el hueco entre los pilares y se sentirá resguardado.
Así evoluciona la naturaleza, siendo
la imitación de su proceder lo que da origen al nacimiento del arte. La pequeña
cabaña rústica que acabo de describir es el modelo a partir del cual se han
imaginado todas las magnificencias de la arquitectura. Acercándonos, en la
realización, a la simplicidad de este
primer modelo, es como evitamos todos los defectos esenciales, como alcanzamos
la verdadera perfección. Todos los maestros del arte están de acuerdo en que
los troncos levantados perpendicularmente nos han hecho concebir las columnas.
Las ramas horizontales que los coronan nos han hecho concebir los
entablamentos y, por último, las inclinadas que forman el tejado nos han hecho
concebir los frontones. Pero seamos cautelosos, jamás principio alguno fue más
fecundo en consecuencias. Ahora ya es fácil distinguir las partes que entran
esencialmente en la composición de un orden arquitectónico de las que se han
introducido sólo por necesidad o de las que se han añadido únicamente por
capricho. En las partes esenciales residen todas las bellezas; en las partes
introducidas por necesidad residen todas las licencias; en las partes añadidas
por capricho residen todos los defectos. Esto exige aclaraciones y yo voy a
intentar arrojar la mayor luz posible sobre ello.
No perdamos de vista nuestra pequeña
cabaña rústica. En ella sólo veo columnas, un techo o entablamento, un tejado
apuntado cuyos extremos conforman lo que nosotros llamamos un frontón. Hasta
aquí ni 11 rastro de bóveda, menos aún de arco, nada de pedestales ni de ático,
incluso ninguna puerta, ninguna ventana. Concluyo, pues, y digo: en todo orden
arquitectónico sólo pueden formar parte esencial de su composición la columna,
el entablamento y el frontón. Si cada una de estas tres partes se encuentra en
la situación y con la forma convenientes, no habrá que añadir nada para que la
obra sea perfecta. En Francia conservamos un bellísimo monumento de la
antigüedad, lo que en Nimes llaman la Maison Quarrée. Todo el mundo,
entendidos y no entendidos admira la belleza de este edificio. ¿Por qué?,
porque en él todo sigue los verdaderos principios de la arquitectura. Un
rectángulo en el que treinta columnas sostienen un entablamento y un tejado
rematado en cada uno de sus extremos por un frontón; esto es todo. Este
conjunto es de una sencillez y una nobleza sorprendentes para cualquier mirada.
El autor del Examen no
aprueba en absoluto que yo quiera establecer una comparación rigurosa entre
cada una de las partes de nuestros edificios y las de la cabaña rústica.
Debería habernos revelado las leyes que
hacen viciosa esta comparación pues,
si ésta es sólida y fundada como yo pretendo y como han insinuado todos los
maestros del arte, ya no habría posibilidad de atacar las reglas que establezco
en los siguientes artículos. Todas ellas son consecuencias necesarias de este
sencillo principio. Si se quieren refutar, todo se reduce al siguiente
procedimiento: demostrar que el principio es falso o que la consecuencia está
mal extraída. Mientras no se utilice contra mí alguna de estas dos armas, se
estarán dando golpes inútiles. Ni las imprecaciones ni, incluso, las injurias
darán fruto alguno. El lector razonable se repetirá siempre esta pregunta: ¿Es
falso el principio?, ¿lo es la consecuencia? Lo único que se objeta contra la
comparación establecida entre nuestros edificios y la cabaña rústica es que se
nos debería permitir alejarnos un poco de este invento grosero e informe. En
realidad nos alejamos mucho debido al gran gusto por la decoración con el que
hemos sustituido las negligencias de una composición tan poco refinada. Pero
lo esencial debe permanecer. La naturaleza nos ofrece este boceto, el arte sólo
debe emplear sus recursos para embellecer, limar, pulir la obra, sin tocar en
nada el fondo del diseño. Entremos en el detalle de las partes esenciales a un
orden arquitectónico.
2- MANIFIESTO DE LA ARQUITECTURA
FUTURISTA
Desde el siglo XVIII no ha existido ninguna arquitectura. Lo que se llama arquitectura moderna es una estupida mezcla de los elementos estilisticos mas variados utilizados para enmascarar el esqueleto de la casa moderna. La belleza nueva del hormigon y del hierro es profanada por la superposicion de carnavalescas incrustaciones decorativas, que no estan justificadas ni por la necesidad constructiva ni por nuestro gusto, y cuyo origen hay que buscar en la antiguedad egipcia, india o bizantina en ese asombroso florecimiento de idioteces y de impotencia conocido por neoclasicismo.
En Italia, estos productos de refineria arquitectonica son gratamente recibidos, y la rapaz incapacidad extranjera es calificadas de invencion genial, de arquitectura novisima. Los jovenes arquitectos italianos (aquellos que alcanzan una reputacion de originalidad a traves de maquinaciones clandestinas de las publicaciones artisticas) muestran su talento en los barrios nuevos de nuestras ciudades, donde una alegre ensalada de columnas ojivales, de follajes del siglo XVII, de arcos goticos, de pilastras egipcias de volutas rocoo, de putti del siglo XV y de cariatides hinchadas pretenden considerarse como estilo y presumen arrogantemente de monumentalidad. La caleidoscopica aparicion y desaparicion de formas, el multiplicarse de las maquinas, el aumento diario de las necesidades impuestas por la rapidez de las comunicaciones, por la aglomeracion de la gente, por las exigencias de la higiene y cien fenomenos mas de la vida moderna, no producen ninguna preocupacion a estos sedicentes renovadores de la arquitectura. Siguen aplicando obstinadamente las reglas de Vitrubio, Vignola y de Sansovino y con algunas publicaciones de arquitectura alemana en la mano tratan de reimprimir la imagen de la imbecilidad secular en nuestras ciudades, que deberian ser la inmediata y fiel proyeccion de nosotros mismos.
Asi, este arte de expresion y sintesis se ha convertido en sus manos en un ejercicio estilistico vacuo, en una repeticion de formulas mal empleadas para camuflar de edificio moderno la vulgar aglomeracion de ladrillos y piedra. Como si nosotros, acumuladores y generadores de movimiento, con nuestras prolongaciones mecanicas, con el ruido y la velocidad de nuestra vida, pudieramos vivir en las mismas casas, en las mismas calles construidas para sus necesidades por los hombres de hace cuatro, cinco, seis siglos.
Esta es la suprema imbecilidad de la arquitectura moderna, que se repite con la complicidad mercantil de las academias, prisiones de la inteligencia, donde se obliga a los jovenes a la onanistica copia de los modelos clasicos, en lugar de abrir sus mentes en busca de los limites y de la solucion del nuevo e imperioso problema: “La casa y la ciudad futurista”. La casa y la ciudad espiritual y materialmente nuestras, en las que nuestra existencia turbulenta puede desenvolverse sin parecer un anacronismo grotesco.
El problema de la arquitectura futurista no es un problema de recomposicion lineal. No se trata de encontrar nuevas molduras, nuevos bastidores de ventana y de puerta, substitutos de columnas, pilastras, mensulas, cariatides, gargolas. No se trata de dejar la fachada con los ladrillos desnudos, o de enlucirla, o de revestirla de piedra, ni de establecer diferencias formales entre edificios nuevos y viejos. Se trata de crear de nueva planta la casa futurista, de construirla con todos los recursos de la ciencia y de la tecnica, de satisfacer hasta el limite todas las exigencias de nuestra forma de vida y de nuestro espiritu, de rechazar todo lo que sea grotesco, molesto y ajeno a nosotros (tradicion, estilo, estetica, proporcion), estableciendo nuevas formas, nuevas lineas, una nueva armonia de perfiles y volumenes, una arquitectura cuya razon de ser de base solamente en las condiciones especiales de la vida moderna, cuyos valores esteticos estan en perfecta armonia con nuestra sensibilidad. Esta arquitectura no puede estar sujeta a ninguna sensibilidad. Esta arquitectura no puede estar sujeta a ninguna ley de continuidad historica. Tiene que ser tan nueva como nuevo es nuestro estado animico.
El arte de construir ha podido evolucionar en el tiempo y pasar de un estilo a otro a la vez que mantenia inalterados los caracteres generales de la arquitectura, porque, en la historia, son frecuentes los cambios de moda y los cambios determinados por sucesivos movimientos religiosos y regimenes politicos, pero son rarisimos los factores que producen cambios profundos en las condiciones ambientales, que derrocan lo viejo y crean lo nuevo, factores como el descubrimiento de leyes naturales, el perfeccionamiento de los medios mecanicos, el uso racional y cientifico del material.
En la vida moderna, el proceso de la evolucion estilistica consecuente de la arquitectura se ha detenido. “La arquitectura rompe con la tradicion. Obligatoriamente debe volver a empezar desde el principio”.
El calculo de la resistencia de los materiales, el empleo del hormigon armado y del hierro, excluyen la “arquitectura” en el sentido clasico y tradicional. Los materiales modernos de construccion y de nuestras nociones cientificas, no se prestan en absoluto a la disciplina de los estilos historicos y son la causa principal del aspecto grotesco de los edificios a la moda, en los cuales se intenta obligar a los miembros de soporte espelendidamente ligeros y esbeltos a la pesada curva de los arcos y el masivo aspecto de los marmoles.
La formidable antitesis entre el mundo moderno y el antiguo es consecuencia de todo aquello que existe ahora y antes no existia. En nuestra vida, han entrado elementos, cuyas posibilidades los antiguos ni tan solo habian soñado. Han surgido posibilidades materiales y actitudes mentales que han tenido mil repercusiones, la primera de todas es la creacion de un nuevo ideal de belleza, todavia oscuro y embrionario, pero cuya fascinacion ya la expermientan incluso las masas. Hemos perdido el sentido de lo monumental, de lo pesado, de lo estatico; hemos enriquecido nuestra sensibilidad con “un gusto por lo ligero, lo practico, lo efimero y lo veloz”. Sentimos que ya no somos los hombres de las catedrales, de los palacios, de las salas de asamblea; sino de los grandes hoteles, de las estaciones de ferrocarril, de las carreteras inmensas, de los puertos colosales, de los mercados cubiertos, de las galerias luminosas, de las vias rapidas, de las demoliciones y reedificaciones.
Tenemos que inventar y reedificar la ciudad futurista semejante a una inmensa atarazana tumultuosa, agil, movil, dinamica en todas sus partes, y la casa futurista semejante a una maquina gigantesca. Los ascensores no deben ocultarse como gusanos solitarios en los pozos de escalera; las escaleras, convertidas en inutiles, deben abolirse y los ascensores deben trepar, como serpientes de hierro y cristal, a lo largo de la fachada. La casa de hormigon, de cristal y de hiero, sin pinturas ni esculturas, enriquecida solamente por la belleza congenita de sus lineas y proyecciones, extremadamente “fea” en su sencillez mecanica, alta y ancha todo lo que sea necesario, y no lo que prescriben las leyes municipales, debe levantarse en el borde de un abismo tumultuoso: la calle, que ya no se extendera como una alfombra al nivel de las porterias, sino que se hundira en la tierra a varios niveles, que recibiran el trafico metropolitano y estaran enlazados unos con otros mediante pasarelas metalicas y rapidas escaleras mecanicas.
“Lo decorativo debe ser abolido”. El problema de la arquitectura futurista no debe resolverse plagiando fotografias de China, Persia y Japon, ni aborregandose en las reglas de Vitrubio, sino a golpes de genio y armados de una experiencia cientifica y tecnica. Todo debe ser revolucionario. Debemos explotar los tejados utilizar los sotanos, reducir la importancia de las fachadas, debemos trasplantar los problemas del buen gusto del campo de la moldurita, del capitelito, del portalito, al mas amplio dominio de los grandes “agrupamientos de masas”, de la “vasta planificacion”. Acabemos con la arquitectura monumental funebre conmemorativa. Desechemos los monumentos, las aceras, las arcadas, las escalinatas, hundamos las calles y las plazas en el suelo, levantemos el nivel de la ciudad.
Yo combato y desprecio:
1.Toda la seudoarquitectura de vanguardia de Austria, Hungria, Alemania y America.
2.Toda la arquitectrua clasica, solemne, hieratica, escenografica, decorativa, monumental, frivola,
encantadora.
3.El embalsamiento, la reconstruccion, la reproduccion de monumentos y palacios antiguos.
4.Las lineas perpendiculares y horizontales, las formas cubicas y piramidales, que son estaticas,
graves, opresivas, y absolutamente ajenas a nuestra novisima sensibilidad.
5.El uso de materiales macizos, voluminosos, duraderos, anticuados, costosos.
Y proclamo:
6.Que la arquitectrua futurista es la arquitectura del calculo, de la audacia temeraria y de la sencillez; la arquitectura del hormigon armado, del hierro, del vidrio, del carton, de las fibras textiles y de todos los substitutos de la madera, de la piedra y del ladrillo que permitan obtener el maximo de elasticidad y ligereza.
7.Que esto no haga que la arquitectura futurista sea por ello una arida combinacion de practica y utilidad, sino que siga siendo arte, es decir, sintesis y expresion.
8.Que las lineas oblicuas y elipticas son dinamicas por su propia naturaleza y tienen un poder emotivo mil veces mayor que el de las lineas perpendiculares y horizontales, y que una arquitectura dinamicamente integrada es imposible sin ellas.
9.Que la decoracion, como cualquier cosa sobrepuesta a la arquitectura, es un absurdo y que “el valor decorativo de la arquitectura futurista depende solo del uso y disposicion original del material en bruto o desnudo o violentamente coloreado”.
10.Que, de la misma manera que los antiguos encontraron la inspiracion para su arte en los elementos de la naturaleza, nosotros -material y espiritualmente artificiales- debemos encontrar esa inspiracion en los elementos del novisimo mundo mecanico que hemos creado, del cual la arquitectura debe ser la expresion mas hermosa, la sintesis mas completa, la integracion artistica mas eficaz.
11.La arquitectura como arte de disponer las formas de los edificios segun criterios predeterminados esta acabada.
12.Por aquitectura debe entenderse el esfuerzo de armonizar con libertad y con gran audacia el ambiente del hombre, es decir, convertir el mundo de las cosas en una proyeccion directa del mundo del espiritu
13.De una arquitectura asi concebida no puede surgir ningun habito plastico o lineal, ya que las caracteristicas fundamentales de la arquitectura futurista seran la caducidad y la transitoriedad. “Las casas duraran menos que nosotros. Cada generacion tendra que construirse su propia ciudad”. Esta constante renovacion del ambiente arquitectonico contribuira a la victoria del “Futurismo” que ya se afirma con las “Palabras en libertad”, el “Dinamismo plastico”, la “Musica sin barras de compas” y el “Arte de los ruidos”, una victoria por la que luchamos sin tregua contra la cobarde adoracion del pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.